Juan Blanco y sus mañosas intenciones
Juan Blanco lee Juego Político, no hay duda. En honor a la
verdad, también podría ser que simplemente lo mantengan bien informado: Marco
Quezada está por delante en todas las encuestas. Claro, menos en las importantes
(Algún duartista: ¿Quién va ganando en las encuestas? – Otro duartista: Todos,
menos Marco)
La verdad es que Duarte sabe hacer su trabajo; es
disciplinado, le sobra energía, es bueno para mandar, tiene astucia, liderazgo,
maneja muy bien el timing, sabe de negociación política y todo eso no
cualquiera lo tiene. El problema es que en su equipo, aunque hay muy buenos elementos,
ninguno parece de momento tener tanto jalón como el de Quezada, quien ha estado
en todos los medios desde hace años, ha usado muy bien la máxima del judo “si
te empujan, jala; si te jalan, empuja”. No importa el tema, ha sido lo
suficientemente hábil como para manejar a su favor cualquier discurso; si lo
atacan, es víctima; si no lo invitan, lo invisibilizan; si lo ignoran, se va a hacer
más amigos.
Claro, con sus declaraciones Blanco busca sembrar intriga;
sabe que el tricolor está escindido y quiere atizar el fuego. Pero lo hace con
buenos elementos: Que Marco sea el priista mejor posicionado en términos de
intención de voto popular es su mayor aliento y para su equipo, para que no se
echen para atrás; pero también es un recordatorio para todos los demás
precandidatos de que tienen que redoblar esfuerzos. Total, la simpatía popular
es cambiante, hoy te aman y mañana te odiarán, y viceversa. Solo hay que tocar
las fibras sensibles. Esas que Marco toca en el discurso y que le llegan a la
raza.
Ayer pude escuchar el discurso improvisado de Javier Garfio
en el evento del Foro de Periodistas. Excelente evento; pésimo orador. Javier
es un hombre de gran talento; es un producto electoral que puede trabajarse, le
sabe medianamente a la grilla y no le falta valor ni inteligencia, pero no sabe
hablar. Sus mensajes no tienen alma, no puede hacer un cambio de voz que
emocione, sus recursos de oratoria son más planos que una competidora olímpica
de natación (Es mi columna, si quiero hago esas analogías J)
El Teto le sabe. Le sobra cómo mover a la raza; pero ya
hemos hablado de sus debilidades. Si a mí me preguntaran, les diría: Trabajen a
Chela y a Serrano, son las cartas. Lilia es muy joven, no tiene un grupo fuerte
y grande que la respalde, todavía; pero le podría tocar para la otra (A menos
que tenga un as bajo la manga, porque capacidad le sobra).
Y Marco, si gana lo jurídico, no pierda el tiempo en decirle
gobernador, como tendría que llegar a lo bronco ya de una vez empiécele a decir
“presidenciable”.
- Por: Unknown -
Artículo: Juan Blanco y sus mañosas intenciones