Podredumbre en el corazón de la Ciudad de México
La Ciudad de México es un crisol
de personalidades. Desde los mexicanos de más cara cultura, más sensible
inteligencia y mejores intenciones, hasta los desperdicios humanos más
traidores, rateros y sucios, se encuentran ahí o han pasado por sus calles y
edificios.
El sistema de cuotas y el pillaje;
la delincuencia organizada en general, que lo mismo se encarga de la trata de
blancas que de prostitución infantil y simulación laboral, están metidas hasta
la médula en el sistema.
Ricardo Monreal, flamante
Delegado en el centro neurálgico del Distrito Federal se encontró crudamente
con eso. Del exgobernador se pueden decir muchas cosas; pero nadie pensaría que
hoy está mintiendo. Las amenazas en su contra hasta parecen suavecitas; desde
hace meses se ha encargado de señalar la depauperada moral patente en muchos de
quienes debieran ser servidores públicos en la Cuauhtémoc, ha presentado
pruebas y ha dejado al descubierto lo que todos sabían y nadie se atrevía a
decir: Que la corrupción es el modus operandi más poderoso en muchas de las
Delegaciones.
Monreal no es el único, otros han
denunciado patrones similares de la delincuencia capitalina; pero el
precandidato natural al gobierno de la Ciudad de México ha llegado por decisión
o circunstancia a atraer la atención internacional.
Hace apenas unos días Mancer
estaba en Nueva York en un encuentro sobre Mega Urbes; ya tenía pleno
conocimiento de la turbiedad. Sin duda lo tiene desde hace años; sin embargo no
se le ha visto plantar cara al fenómeno delincuencial como millones de defeños
hubieran esperado.
Si Monreal es un héroe o
sencillamente un hábil político que aprovecha la situación para lucrar
mediáticamente en su camino a la jefatura de gobierno en 2018, quedará para el
análisis; lo que es seguro es que Cuauhtémoc hiede, además de en Cuernavaca, en
el Distrito Federal.
- Por: Unknown -
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